tag:blogger.com,1999:blog-9034620640693947332024-03-12T16:29:12.878-07:00CUENTÉAME UN CUENTO ©..:: CRISTTOFF WOLFTOWN © ::..Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.comBlogger17125tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-15333278880631585502019-05-03T10:16:00.001-07:002019-05-03T10:16:19.713-07:00El hombre que cuidaba sus piedras<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">“El hombre que cuidaba sus piedras” </span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-FQOKOHxEQtU/XMx3HEpByXI/AAAAAAAArTg/tUjrq7JEvcQF78tHg3wxjA7eVxrT2AG5ACLcBGAs/s1600/maple_leaf__maple__nature__stones__leaves__autumn_leaf.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="800" height="300" src="https://3.bp.blogspot.com/-FQOKOHxEQtU/XMx3HEpByXI/AAAAAAAArTg/tUjrq7JEvcQF78tHg3wxjA7eVxrT2AG5ACLcBGAs/s400/maple_leaf__maple__nature__stones__leaves__autumn_leaf.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Casi como un ritual, el hombre que cada tarde riega las piedras de su ante jardín, aparece cada noche en el patio interior de su casa, previo a acostarse y se para frente al árbol pequeño de los frutos que nunca afloraron. Mientras respira la noche, contempla sus ramas, sus hojas y luego dirige la mirada al cielo, escudriñándolo como intentando adivinar el tiempo para el día siguiente, evocando a su abuelo en aquellos campos, en aquellos años de cielos despejados. Estira sus brazos a lo alto, como una forma de atrapar el tiempo y atesorar tantos y bellos recuerdos. Luego y súbitamente, baja la mirada y se afana en una tarea también diaria, retirando cuidadosamente cada hoja desechada por la brisa de un otoño que ha comenzado a sentirse, de cada piedra que aquel árbol rodea. No se trata de las mismas piedras que en el ante jardín compiten por el cetro de las más bellas, sino de las que humildemente su árbol rodean y hermosean tan solo y por estar, tan solo y por proteger la tierra que lo sustenta. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y así, con suma cautela y paciencia, va logrando el despeje completo de cada piedrecilla que durante la tarde se vio fortuitamente ensombrecida por las hojas arrojadas desde lo alto de aquel árbol de los frutos que nunca afloraron, pero que aquel ser cuida como si fuera el madero más santo; y así también cuida cada piedra que le rodea, porque no pocas veces ha creído encontrar en ellas alguna que se parezca a las que su abuelo encontraba en la tierra, deteniendo el paso para sentir y confirmar su perfecta redondez y guardarla en su bolsillo con sumo cuidado, mientras caminaban recorriendo los campos, pala al hombro, conversando bajo el cielo de antaño; cielos de ensueños y tan despejados como en ningún otro lugar logró a través de los años encontrar. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin contar el pasar del tiempo, detiene su tarea una vez se cerciora que sus piedras lucen cual jardín en primavera.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</span>Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-59111663322918461602019-05-03T09:33:00.001-07:002019-05-03T09:33:21.053-07:00El hombre que regaba sus piedras<br /><div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">"El hombre que regaba sus piedras"</span></span></div>
<br /><br /><div style="text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-WPysA0zJURE/XMxsjFxbF1I/AAAAAAAArTU/mH93Ys-BVFkSCdIUVSheuBms_5dvUhF1QCLcBGAs/s1600/textura-piedras-mojadas_1122-2175.jpg"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-WPysA0zJURE/XMxsjFxbF1I/AAAAAAAArTU/mH93Ys-BVFkSCdIUVSheuBms_5dvUhF1QCLcBGAs/s400/textura-piedras-mojadas_1122-2175.jpg" /></a></div>
<br /><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">
Cada tarde, al bajar el sol, aparece el vecino de la casa del frente. Me divierte mucho verle a través de mi ventana, por lo que mucho antes que aparezca tomo los resguardos necesarios y me instalo junto a una bebida y galletas a contemplarlo. Es muy dedicado. Primero aparece abriendo de par en par la puerta, para luego esconderse por unos segundos. Más pronto que tarde vuelve a aparecer en escena, pero esta vez para tomar la manguera que ha pasado por debajo del portón y tirarla hacia afuera lo que más pueda. Luego vuelve a entrar. Es cuando se siente como abre la llave que tiene en el patio y reaparece; toma diestro la manguera y comienza a regar su ante jardín con actitud triunfante, dirigiendo el chorro de agua con diversas maniobras. Meticuloso, se preocupa no quede ningún borde de aquel rectángulo sin humedecer. Vaya y maneja con maestría la manguera. Puedo notar el cómo disfruta del agua brotando de ella. ¡Les juro por Dios, no deja ninguna de las piedras que tiene por jardín seca! </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Así y una vez finalizada su tarea, se retira a cerrar la llave del patio interior, jala de la manguera para guardarla y enrollarla y así quede lista para mañana. Yo me quedo unos momentos mirando con atención aquellas piedras tan bien regadas y agradezco al vecino que lo haga cada tarde al esconderse el sol, porque si bien ambos sabemos que ninguna de aquellas crecerán ni mucho menos florecerán, lo cierto es que todas ellas quedan preciosamente bañadas y cada una comienza a cobrar vida propia y asoman sus colores y se diferencian la una de la otra y compiten por ser la más bella, mientras algún que otro rayito de sol rezagado complica las cosas posándose en alguna y, por esta tarde, corona y otorga el cetro a la reina de todas las piedras. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-11917262681375905772015-10-20T06:38:00.000-07:002015-10-20T06:38:36.018-07:00Dentro de...<div align="center" class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;">
<b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Dentro de...<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Fatigado,
luego de una larga jornada laboral y un día lluvioso,llegó a casa. Antes de
ingresar arrojó la colilla del cigarrillo, con fina puntería, al primer charco
de la entrada. Abrió la puerta<a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a>, encendió todas las luces
al mismo tiempo y tiró las llaves junto a sus enseres en el sillón del living.
Se acercó a la cocina, puso a hervir agua y sirvió un tazón de té. Luego, enrumbó
directo al dormitorio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Alcanzó
a dar un par de sorbos y prender la televisión para ver las noticias, cuando
cayó completamente rendido en un profundo sueño. Tendido sobre su lecho, aun
vestido y con las luces y televisión encendidas, lo fue encontrando la noche; una
noche amenazante, acompañada de fuertes vientos agitando las copas de los árboles,
ramas y ventanales circundantes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
Fue así como se encontró soñando, primeramente como si fuese él mismo,
contemplándose desde el umbral de la puerta de entrada e intentando apagar todo
lo que había omitido, debido al cansancio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Al
intentar presionar el interruptor del dormitorio, sintió que su mano traspasaba
la pared y debió esforzarse para recobrar el equilibrio. Lo intentó una vez
más, con idéntico resultado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Asustado,
se dirigió al living y revisó todas las ventanas y puertas, cerciorándose
estuviesen bien cerradas. La cocina y el baño principal estaban en orden. Luego
escudriñó a la ligera el baño de invitados, que se encontraba desordenado cual
improvisada bodega y desde donde llegaba una gélida brisa a través de la pequeña
ventana semi abierta. Al intentar su cierre, azotó su mano una espinosa rama
que sutilmente se asomaba. La retiró raudo, quejándose por la mala suerte e
intentó nuevamente, pero esta vez fue abducido de forma brutal por el mismo
reducto, golpeándose en hombros y caderas, de hecho sufriendo la luxación de su
clavícula al pasar por aquel espacio de 30 centímetros cuadrados.<span class="apple-converted-space"><span style="color: #222222;"> <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
Al recobrarse y abrir los ojos se encontró de pie y al borde de un gran
acantilado. No había forma de dar un paso atrás. Una extraña fuerza lo mantenía
cual títere, totalmente a su merced; inmovilizado. Miró a izquierda y derecha
sin encontrar más que un desolador paisaje; se hallaba solo en aquel paraje
holocaustico y encima de ello inmóvil, contemplando aquel vertiginoso abismo
delante suyo.<span class="apple-converted-space"><span style="color: #222222;"><o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
Trató de mover los brazos, pero el dolor le punzó hasta el alma. El hombro
derecho era el más afectado. En la boca, reseca, sintió un pequeño sabor a
hierro. Con su mano izquierda restregó la comisura de los labios; era sangre y luego
de aquel gesto volvía a brotar, cual rojo manantial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Me
habrán golpeado, de seguro, pensó en el momento. Una paliza. Un asalto, tal
vez, alcanzó a divagar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">De
pronto y frente a él, suspendido de la nada, apareció el marco de su ventana,
la ventana de baño por donde,según recordaba, fue abducido, tras intentar
cerrarla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Parpadeo
un par de veces, aún aturdido por tanta sensación junta y volvió a fijar la
vista. Ahí estaba, entre abierta y haciendo juego hacia atrás y hacia adelante,
con la misma rama espinosa asomándose; solo que esta vez y con cada juego, se
aproximaba más y más en dirección a él.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">¡Dios
mío!, pero ¿qué mierda de sueño es todo esto?, gritó para sí.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Volvió
a mirar al frente y aquella rama, que en primera instancia solo se asomaba
perturbadora, ahora ya le rozaba la punta de la nariz, provocándole cosquilleo
e inquietud, dado que ahora no era capaz de levantar siquiera su mano izquierda
para ayudarse y sacársela de en frente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">El
cosquilleo inicial se transformó en dolor. Contrariado, miró detenidamente por
encima de su nariz y divisó el amenazante camino de una larva oscura, llena de
escamas y que lo miraba fijo y de forma siniestra, trayendo consigo, cual
ballesta, una especie de afilado cuerno o colmillo. Movió la cabeza, negando
todo aquello; no podía ser cierto todo esto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Seguramente
ya despertaré de todo este maldito sueño, intencionó pensar, abstrayéndose por
un instante de aquella agria pesadilla, pero la sorpresa lo sacó de sí al
sentir que aquella cosa oscura y puntiaguda tanteaba bruscamente la superficie
de sus fosas nasales, enterrándose cada vez más, avanzando por su interior,
mientras lágrimas se mezclaban al sabor del hierro en la comisura de los
labios, totalmente ensangrentados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
Aquel bicho, sacado de la más horrenda revista de historietas, continuaba
introduciéndose en él, sin hacer caso a su jadeo y movimientos, que en vano luchaban
por sacudirse el espanto de sentir como le iban destrozando internamente las
vías respiratorias, desgarrando tabique, faringe y paladar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Entre
nebulosas, divisaba vagamente aquel cuerpo extraño, sin fin, que serpenteaba y
bajaba por la tráquea, obstaculizando cualquier intento de respiración,
provocando el estallido interno del tímpano; inmóvil, pereciendo de a poco en
un sufrir interminable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><br />
Cuando el último halo de vida ya se iba de su ser en forma definitiva, aspiró repentinamente
y logró abrir de par en par sus ojos. Sintió su respiración agitada, al borde
del colapso. Miró nuevamente al frente de sí y vio las rayas y sonido estridente
de la televisión encendida. Abrió la boca para dar la bocanada más grande que
alguna vez pensó dar y saciar el vacío de los pulmones que retornaban a la
vida, así como todo su ser.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Rápidamente
y una vez recuperado, se levantó raudo al baño de visitas, encendió la luz y
cerró de un severo golpe la ventana que se agitaba y movía a merced del viento.
Dio media vuelta y permaneciendo inmóvil, bajo el umbral de la puerta. Miró
alrededor suyo. Todo estaba en orden, todas las luces encendidas, todas las
ventanas y puertas cerradas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Se
llevó ambas manos a la cara. El corazón latía al borde del colapso. Cerró los
ojos, agradeciendo a quien fuera, que todo haya sido un maldito sueño del que
al fin se había despertado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Antes
de recobrar las fuerzas para terminar la tarea de apagar todo delante sí e irse
a dormir, sintió una leve sensación acuosa bajando por su bigote hasta llegar
lentamente a la comisura de sus labios. Tembló de pies a cabeza y se negó a
averiguar qué podía ser. Las manos no respondían y es más, ahora se hundían en
su rostro, presionándolo con fuerza sin que lograra control alguno sobre ellas.
Abrió los ojos y por entre los dedos logró divisar, con espanto, la aparición
de la ventana del baño de invitados, ubicado a su espalda,y que se suspendía de
la nada frente a él, mientras un viento proveniente de la casa jugaba a abrir y
cerrarla, rozándole manos y cara.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";">Una
gota acuosa se deslizó por su bigote y sintió el sabor a hierro en la comisura
de los labios…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> CW</span></div>
Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-936518931788241022013-09-03T22:57:00.000-07:002013-09-03T22:57:32.277-07:00Una Cajita llamada Catita, se convirtió en cenizas<div align="center" style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: center;">
<strong><span style="font-family: Tahoma, sans-serif; font-size: 14pt;">“ Una Cajita llamada
Catita, se convirtió en cenizas “</span></strong><span style="font-family: Tahoma, sans-serif; font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Tahoma, sans-serif;">Vagos recuerdos guarda, Catita, la Cajita, cuando conversa con sus
amigas Cajas o bien con sus amigos Cartones; no recuerda muy bien cómo era
cuando chica.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Tahoma, sans-serif;">Sin embargo, hoy en día, feliz se declara Catita, la Cajita,
sirviendo para guardar cosas o bien para ser guardada ella misma; mal que mal
muy bien sabía lo útil que, ante cualquier propósito siempre sería.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Tahoma, sans-serif;">Catita, la Cajita, cada vez que la desarman se sentía libre y de
alma descansada, pero cuando ocurría que volvían al trabajo de doblarla y
rehacerla, se consideraba plena de alegría y dicha.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Tahoma, sans-serif;">Un día cualquiera, sus dueños se mudaron de casa. Feliz se sentía,
Catita, la Cajita, pues sirvió nuevamente para guardar tantas cosas y ser
utilizada una y otra vez, durante toda la jornada. Hasta que terminó la
mudanza. Ese día, aun lo recuerda con profunda tristeza: Cuando hubo terminado
el cambio, ocurrió lo que más temía, la peor de sus pesadillas; ya nunca más la
necesitarían. Esa tarde la desarmaron y, sin despedidas ni preguntarle más
nada, la botaron.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Tahoma, sans-serif;">Al cabo de unas horas fue descubierta por un vagabundo que las
calles, recolectando sobras, recorría. La vio y guardó con tanto amor, que
volvió a sentirse aun más querida.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Tahoma, sans-serif;">Resultó ser que aquel señor cama no tenía. Desde ese momento ya no
acarrearía cosas ni seria doblada ni redoblada ni mucho menos desarmada; desde
ese día solo cumpliría una tarea que la llenaba de dicha; sería el lecho para
que el buen hombre durmiera de mejor forma y no pasara tanto frio durante las
heladas noches de invierno a la orilla del río.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Tahoma, sans-serif;">Contenta y dichosa se encontraba Catita, la Cajita, pues cada día
en que aquel vagabundo se despertaba, sentía el amor con que él la acariciaba y
agradecía por darle un mejor cobijo día a día. Querida se sentía. Ya nunca más
utilizada, sino por ella la mejor y más sincera forma de agradecimiento a una
labor que, por obra del destino, había sido llevada y por la que ella misma se
sentía aun más agradecida.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Tahoma, sans-serif;">Sin embargo una noche, en que el vagabundo profundamente dormía,
pasaron unos chicos entumidos de frio y, sin mayor escrúpulo por aquel ser que
descansaba a la orilla del río, la secuestraron llevándola muy lejos. Alguno de
ellos la hizo un rollo sin delicadeza y apretó bajo el brazo. No supo cómo ni
cuándo, no alcanzó a saber de distancias ni el pasar del tiempo, solo se sabía,
a la fuerza, de su vagabundo, alejada.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 11.1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Tahoma, sans-serif;">Esa misma noche, Catita, la Cajita, fue nuevamente utilizada. Esta
vez por un grupo de muchachos entumidos de frío que, escapar de la ciudad y de
la policía acostumbraban. Sabía, que en alguna lejana orilla del mismo
río, aún seguía, pero no para ayudar a mudar cosas o bien para cobijo alguno.
Esta vez, Catita, la Cajita,<span class="apple-converted-space"> </span>lo
presentía, sería usada para ayudar a prender una fogata a orillas del
mismo río en que aquel vagabundo tan sinceramente le agradecía su cálido
refugio día a día; esta vez, cumpliría una función demasiado especial y, a la
vez definitiva, puesto que aquella fogata la vería finalmente en cenizas
convertida.<o:p></o:p></span></div>
Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-5858943130789839092013-03-22T10:29:00.001-07:002013-03-22T14:26:45.325-07:00Que la coja escoja a quien la coja<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><b>“Que la coja escoja a quien la coja”</b></span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¡Orden!, ¡Orden! –se escuchó imponente desde arriba del gallinero, al gallo más viejo de todos, el gallo Eulasio, al ser despertado de su siesta por una lucha de proporciones que se estaba librando entre un par de pendejos gallos que, alborotados se molían a espuelazos por el amor de la más cocoroca de las gallinas, la coja Alicia.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¡Me parece que en vuestra pelea han olvidado por completo que aquí la decisión no pasa por ninguno de ambos, so pelmazos! -todo el mundo aplaudió al unísono aquella intervención, en pos de salvaguardar la integridad de todos ante la cruenta disputa de estos gallitos por la cocoroca, de quien todos sabían además, que con los dos se comportaba como toda una zorra.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¡Que la coja escoja y se quede solo con uno por zorra! –comenzaron a murmurar todos.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¡Que sea ella quien escoja a quien en adelante la coja! –maldijeron, dándoles la razón al resto, ambos gallos, cabeza gacha y malhumorados, sabiendo que uno de ellos, frente a todo el mundo, quedaría trasquilado y, lo peor de todo, por Alicia, la cocoroca, la puta más puta y la más zorra de todas, desde ahora, vetado.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¡Orden!, ¡Orden! -dictó por última vez, el viejo y sabio gallo Eulasio, quien continuó hablando bajo un silencio sepulcral-. Con todo este caos hasta las comadrejas se benefician del alboroto provocado por estos dos inmaduros gallos, un par de zopencos sin igual, mientras nuestros huevos y polluelos no están a salvo ante tanto revuelo desatado en el gallinero gracias a la inocencia mal habida de esta cocoroca indecisa de Alicia, de quien todos sabemos no profesa las mejores prácticas y con ambos se revuelca a escondidas por no perder parte ni pedazo. Que de una vez esto se zanje, en beneficio de todos –finalizó dramáticamente-; a contar de hoy y bajo amenaza de destierro, obligaremos a que se decida por fin esta zorra cocoroca y, en adelante se comporte como su estampa lo señala; “como una tranquila gallina ponedora”.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pongan atención, gallo Falo y gallo Tom, no queremos más desafíos entre pendejos ni menos aún que pongan en peligro a nuestro gallinero completo. La decisión que tome la coja Alicia será acatada sin derecho a reclamo –y sentenció a viva voz:</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“¡Que sea la cocoroca Alicia, nuestra puta coja, quien escoja a quien se la coja; pues se quedará solo con uno, por zorra!”</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">:: Cristtoff Wolftown ::</span>Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-25457389968223876192010-09-10T08:29:00.000-07:002010-09-10T08:29:32.115-07:00FraileNsueño<div style="text-align: justify;"><b><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">FraileNsueño</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Qué será de Alberto, mi adorable Fraile Alberto? -recordaba para así, en voz alta sin desearlo; melancólica, con un dejo de rubor en sus mejillas y de candor en su barriga, una tímida Lucía.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">¡Seguro que aun no te sacas de la cabeza a ese Cura desviado que te sedujo y luego pidió su traslado! -con enconada ira su padre, sentado en el gran sillón de la sala le reprendía, como adivinando lo que por su cabeza acaecía. Maldigo el día en que a nuestro Pueblo, por aquel que tan bien estimamos de Párroco, nos fue enviado.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">¡Castrarles debieran! –seguía. Castrarles deberían de considerar a esos mal nacidos que se esconden cobardes tras sus oscuros hábitos mal habidos, manchados de sodomías y lujurias contenidas, por sus pares bien consabidas; protegidas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Padre, ya no ladres –a regañadientes susurrábale Lucía, entristecida. Aun no sabes el daño que me haces al hablar así de aquel que, por su nobleza y amor, logró conquistarme; enamorarme.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">He de recordarte fui yo la culpable. Fui yo quien lo incitó y condujo a los placeres de la carne; quien poco a poco, coqueta fui acercándomele; quien, a través de confesiones, por cualesquiera condenables, le atrajo; pues las inventaba para provocar. Lo llevé a fijarse en mí, en mis escotes; en mi talle. La conductora confesa de haber abierto su mente y su divino voto de castidad que orgulloso a todos profesaba.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">¡Benditas inocencias corrompidas, de aquellas bien sabidas y por todos; incluídome. Tan discutidas, pues aceptadas llegan a quedar de conciencia esas estúpidas chiquillas! ¡Debía tocarle justo a la mía niña! ¡Qué mierda hice ahora o antaño, sin saberlo, para merecer el soportar que siquiera odio contra ese animal pueda en mi propia casa profesar y menos, como mi mente lo manda, buscarle y mandar a matar!</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Solo por el amor que te profeso desde mis entrañas, querida hija mía, es que contengo toda esta rabia y soporto inclusive oírte bien de “aquel” hablar. Si tan solo supieras lo que bien podrías. Si llegaras siquiera, por momentos, mis pensamientos a escarbar; te aseguro, piedad a mí ya no me encomendarías, pero desprecio inmediato sé, en tu corazón anidarías, no importando la sangre que por tus venas corre y de la que tan orgulloso me sentí en tu nacer y hasta el hoy en día -quedóse blasfemando para sí, pensando y de a poco sumiéndose en un profundo dormirtar de mal ensueño y del que, pese a despertar de sobresaltos en varios momentos, no supo discernir si era verdadero o falso.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Su hija, único y adorable retoño seguía, según pudo advertir, en su pieza, despierta; estaría terminando algún trabajo de bordados. Volvió a conciliar el sueño, esta vez premunido de un prejuicio insano, una duda eterna; las manos agarrotadas tomaban y aprisionaban sus sábanas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div><br />
<div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Le contaré, es mi deber y viene siendo tiempo. Por la obligación más que moral y como única hija. Por la obligación física que me supera, he de contarle alguno de estos días -terminaba de escribir, acongojada, al pie de la última página de su diario de vida, Lucía.</span></i></div><i><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;"><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Ya cansada de los recuerdos y culpable de comenzar a sentir los primeros síntomas de lo que, su Tía, entre conversas, le había explicado; sin más ni menos, esto era un embarazo.</span></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;"><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Alberto, mi adorado Fraile Alberto ¿Dónde estarás amado mío a estas horas?, ¿En qué lugar has de encontrarte sin mi incondicional cobijo?, ¿Podrás, de tu Dios algún día, recibir el consentimiento de buscarme y amarme sin reparos por el fin de nuestros días?, ¿Me has de extrañar, como yo a estas horas, cada uno de estos días; eternos ya sin tu mirar, tus abrazos, tus charlas y tus desmedidas acometidas, a escondidas, tras el altar?</span></i></span></div></i><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">::: Cristtoff WOLFtown © :::</span></div>Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-16636248017979388172010-07-01T06:01:00.000-07:002010-07-01T06:07:55.173-07:00Doña Marta<b>Doña Marta</b><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">¡La puta madre que los parió, chiquillos de mierda! –gritó enardecida la viejecilla, pasando su mano con rabia sobre sus grises cabellos tomados en un desordenado moño maría, cerrando de un fuerte golpe la puerta a sus espaldas.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Volvía sobre sus pasos, dejando la cubeta con agua servida a un costado del pasillo de entrada. Hacía días les tenía reservado aquel balde con agua servida a la pandilla de mocosos que muy seguido le molestaban.</div><div style="text-align: justify;"><br />
¡Doña Marta, deje a esos mal criados sin casa! Ya no debiera tomarles en cuenta – gritaba su vecina por sobre la muralla, sin perderse lo que a su alrededor pasaba. Era su forma de apoyarla.</div><div style="text-align: justify;">Se conocían ya hace tantos años atrás, que ninguna inclusive bien lo recordaba. Cada vez que de ello hablaban, podían estar toda una mañana fuera del negocio del barrio, con la bolsa del pan mojada, tras haber llegado a la hora en que lo sacaban del horno calientito, ideal para tomar juntas un tecito. Pero se quedaban ahí afuera, por horas y, de tanto en tanto no precavían en disimular, al ver a quienes pasaban, más de algún comentario. Bueno, por ello es que de igual modo debían muchas veces soportar palabras no muy bien intencionadas que les prejuzgaban como un par de veteranas amargadas.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Doña Marta había llegado al vecindario cuando aún era una beba de 5 años, mientras su vecina, Doña Chela, había sido parida en el mismo barrio por su madre enferma. Era 2 años mayor que ella.</div><div style="text-align: justify;">Habían sido hermosos años para ellas. Nunca más habrían tiempos como aquellos.</div><div style="text-align: justify;">La juventud, por Dios Chela ¿recuerdas? Era tan distinta. Éramos tan distintas y apuestas -y Señoritas– interrumpía Doña Chela. Claro pues Chela, y no como ahora; no como estas cabritas sueltas y estos chiquillos con los pantalones a medio poto y care bandidos.</div><div style="text-align: justify;">Pero qué más quieres Marta. Si con los padres que tienen ¿ó acaso olvidas cómo eran cuando chicos ellos mismos? Yo siempre te dije que ojalá se fueran este tipo de familias del barrio. No tuvieron buen vivir, cómo más y mejor los críos les iban a salir.</div><div style="text-align: justify;">Sí lo recuerdo Chela, pero no pretendías que viviera de ellos preocupada, con Julio enfermo y la oficina que bastante mal se le portaba. ¡Ay Chela! Fueron tan difíciles esos años con Julio, por Dios santo y la virgen bendita.</div><div style="text-align: justify;">Ni me nombres a ese fulano de tu marido, que en paz descanse, pero que me perdone San Pedro desde el mas allá por el rencor que nunca pude dejar de sentir por él y por su trato contigo. Habrase visto borracho como aquel y tú, tonta lesa siempre soportándolo. Podrías haberte ido una de todas esas…ésas veces. Yaaa, no llores Martuca, no quise traerte esos recuerdos. Tuvimos mala suerte, pero seguimos aquí, vieja, vivitas y coleando. Ya, yaaa, deja atrás todo eso. Vámonos de aquí que se nos va a pasar la telenovela y ¡chiquilla por dios, aun no hecho el agua a la sopa! ¿Ves lo que me pasa por quedarme contigo hasta esta hora? Todos los días te lo repito, que podríamos hacerlo, pero después de almuerzo. Tan porfiada que me saliste.</div><div style="text-align: justify;">¡Chela, basta! Es a ti a quien le gusta quedarse a mirar como el resto pasa ¿O debo recordarte como te dicen, justamente por deslenguada? Si por eso mi Julio te tenía tanta mala. Siempre me dijo que no eras de las mejores amigas, que yo debía ser como mi suegra, que en su nombre me persigno, como Doña Engracia.</div><div style="text-align: justify;">¡Marta! Así que ahora soy yo la deslenguada. Seguramente por eso no me molestan a mí y, a “otras” sin embargo juegan todos los mugrosos niños a tocarle la puerta. Y ya ni recuerdos valen a esa veterana de Doña Engracia, como aun le llamas ¿No era acaso ella la que cubría a tu famoso Julio de sus borracheras o cuando las emprendía contigo en peleas? Ya no hablemos de nosotras, Marta. Bien tontas que fuimos. Ojala los papás de estas criaturas les dijeran temprano cómo comportarse, pero ya ves, la chiquilla de la esquina tuvo guagua – y a tan corta edad, por dios, Chela-. Si pues. Y tú crees que se ha visto el padre por estos lados. Nada, mujer, nada.</div><div style="text-align: justify;">Tanto que le dije a su madre que no le soltara la mano. Esa cabrita se estaba quedando sola por las tardes. Qué más esperabas, si el mocoso apenas sabía, por la reja se tiraba y ahí se quedaban, podían pasar horas y, ahí está el resultado. Nunca con buenos ojos a esa parejita.</div><div style="text-align: justify;">Marta, tendrás que invitarme a almorzar, mira la hora que es y aun no me dejas regresar.</div><div style="text-align: justify;">Por Dios, Chela. Si eres tú la que no para de sacar y sacar conversas; parece que cacareas. Te deben tener así las telenovelas. Ya vámonos, no ha pasado nadie en este rato. Al menos almuerzan en este barrio. Algo normal que suceda. Ah! Ya verás que, si esta noche se les ocurre a esos chiquillos nuevamente ir a tocarme la puerta, se llevarán una muy mala sorpresa. Los estaré esperando atrás de la puerta. Y tú, en vez de estar espiando sin hacer nada, podrías ayudarme. Lo único que haces es, después de todo, sacar el habla por sobre tu muralla ¡Vaya, si no cambias!</div><br />
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<br />
(to be continued)<br />
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::: Cristtoff WOLFtown ©Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-17716906598120504612010-06-03T07:31:00.000-07:002010-06-03T07:31:16.478-07:00Dentro de un moribundo y húmedo sueño<b>Dentro de un moribundo y húmedo sueño</b><br />
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<div style="text-align: justify;">Será mejor que nos devolvamos, Javier –susurró Ignacia, apretándole su mano al verse ingresando a aquel lugar del que tanto habían hablado y que esta noche les tenía, entre el miedo y la excitación, cumpliendo su sueño; aquel de noches sobrevolando la ciudad al amarse entre un buen vino y sicodélicos cigarrillos musitando al oído – Quiero cabalgarte sobre un frío nicho, donde el silencio maldito nos arremeta al unísono mientras te hago mío, mientras con los ojos presos de lúgubres pensamientos te obligo a mantenerte firme, mientras estallo en júbilos no importando presencias que son solo mitos, no importando si hay o no vida; quiero sentir tu estupor, tu fuego y deseos entre la neblina espesa y mi alma alejándose y mis entrañas desgarrándome por dentro.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Ignacia, esto lo hemos pensado hace mucho, así que seguiremos, ya poco ha de faltar, algo encontraremos – muy seguro, Javier le entregaba su falsa serenidad. El temor a ser abordados por aquellos asiduos visitantes nocturnos a estos templos erguidos sobre campos moribundos le inquietaba aun más. ¿Sería capaz de llegar a cumplir siquiera con una ceremonia previa si hasta su piel se mantenía erizada en escalofríos recorriéndole el cuerpo? Intenta calmarte, Javier –se decía para sí mismo- ya estamos aquí, ya será tuya como en esos húmedos sueños, como te lo ha pedido cada vez que estás dentro.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Abrazados, tras la elección apresurada de un oscuro y gélido lecho, sin luna de testigo, sin mayores abrigos, se miran; un ruido grave, resuena un aullido; los sonidos del sepulcral silencio les invaden y penetran hasta los huesos; hay algo o alguien más al acecho. Las velas recientemente encendidas y temblorosamente puestas se apagan, se desvanecen en su propio humo. La noche les cae encima con todo el peso de los lamentos de quienes no quieren que retocen sus cuerpos en orgasmos nauseabundos infringiendo sus funestos decesos, sin descanso eterno; si es lo que quieren, lo harán ¡pero muertos!….fue el mensaje que les trajo cargando el viento y que estalló en sus oídos un furioso trueno, en una helada mañana al despertar sudorosos intentando zafarse de un mal sueño.</div><br />
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::: Cristtoff WOLFtown © :::Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-86924716910441571612010-04-16T20:35:00.001-07:002010-06-03T07:33:07.376-07:00El Señor Molina conoce a Pedro Urdemales<b>El Señor Molina conoce a Pedro Urdemales</b><br />
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<div style="text-align: justify;">Un día cualquiera, paseaba Urdemales con prestancia por fuera de una gran Hacienda que, por sus colores y tamaño, así como por sus formas y guardianes leones de bronce, le dejó de una pieza y a medio camino embobado contemplándole.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Minuciosamente exploró sus detalles y preguntábase del dineral que habría de tener quien fuera el dueño de tamaña casa. Verdes jardines esculpidos por dedicados jardineros, mármoles lustrosos en el piso limpiados posiblemente a diario y majestuosas puertas que le hacían imaginarse de 2 metros y poder entrar a brincos saltando sin llegar a topar sus umbrales.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pasó un jovenzuelo por su lado y de preguntarle se aprovechó Urdemales -¿Sabrás tú de quién es esta gran Mansión que huele a flores y abundancia extravagantes?- Del patrón Molina se dice, oiga. Y que su fortuna la ha logrado, según las malas lenguas, de tanta mujer con la que se ha acostado. El chico siguió el camino que guiaba su paso.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Ah sí?! pero que hombrón debe ser este tal Molina –pensó Urdemales-. O bien facha de actor o franco seductor ha de ser, pues para este tipo de mansión, no debe quedar mujer que con él no se haya recostado.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Dio una vuelta entera deslumbrándose aun mas en cada uno de sus detalles y se dijo para sí mismo "Pedro, Pedro he aquí a quien conocer deberos". Mal no te va en el amor, pero vaya y sí necesitas dinero. Al menos podría sonsacarle algún que otro secreto.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Diciéndose esto, se animó y dirigió a la entrada a golpear preguntando por el dueño.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El Señor Molina no se encuentra, le dijo una criada. Anda en viaje de negocios y podrá estar por aquí la próxima semana. Pero que pena, respondió Urdemales, soy familiar cercano y dado mi paso por el pueblo quise pasar a saludarlo, dado el buen trato que entre nosotros siempre se ha dado.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Avergonzada de no conocerlo y presta a enmendar cualquier error que pudiera haber por no atenderle como su patrón posiblemente quisiera, le invitó cortésmente a pasar y tomar asiento en un enorme sillón, no sin antes ofrecerle buena hospitalidad con un vaso de refresco.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sorprendido de sí mismo, Urdemales tomó asiento y simulando familiaridad con el entorno, con el vaso en la mano comenzó a pasear por dentro, admirando los cuadros y cada uno de los adornos; cada cual mas hermoso que el otro.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Qué decir de la criada que, cordialmente le acompañaba contándole de los últimos adquiridos y de las hazañas que el Señor Molina llegaba, tras sus viajes, contándole le pasaban.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Urdemales se fue dando cuenta que aquel Molina no podía ser mas que un simple usurero y que, nada hacia dudar, se aprovechara más de los momentos a ser el actor ó seductor que en un principio pensó.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Preguntó por la Señora de la casa, y la bella criada le contó que ella poco allí pasaba. Más bien se le veía incómoda cada vez que llegaba. Mucho no conversaba y, por lo visto, esquivar a su</div><div style="text-align: justify;">marido acostumbraba. Le mostró una foto y Urdemales no pudo detener un suspiro profundo. Llegaría mañana, se acordó en el momento y con dulce voz la criada. Alcanzaré a esperarla, dijo Urdemales, si no hay problema en que esta noche me permita usted aquí pasarla, ondeándole la cintura al notarla sonrojada.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Dicho y hecho, Urdemales pasó la mejor noche de todas sus anteriores noches caminando solo entre cerros y bebiendo leche de cabra. Aquella bella criada, resultó ser casi la mujer de sus sueños, tanto por su hermosura, tanto por su entrega cálida.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Todo esto era un sueño y así se vio despertando, con desayuno a la cama, cual dueño y señor de aquella mansión que, ayer de afuera espiaba. Tomaron la merienda recostados y ya a media mañana seguían, cual acaramelada pareja, amándose denuevo antes de comenzar sus labores diarias por parte de su bella criada.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Urdemales, de bata distinguida y cruzada, calzando lujosas sandalias se decidió a esperar a quien sí y tras conocer solo retratada, era la mujer de su vida y por la cual valía la pena toda una vida si así fuera esperarla.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La criada lo atendió de mil y un formas bajo el solo compromiso que aquella noche y mañana juntos en el olvido quedara, pues ella era de igual forma felizmente casada. Urdemales no pudo estar más en acuerdo con aquella muchacha y con la vida misma por haberla conocido.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Se dio todos los lujos durante el día, conociendo cada rincón de la acogedora casa que le hospedaba. Luego de almorzar como rey, llegó corriendo un joven que resultó ser quien del dueño de esta mansión le hablara ayer. Llegaba con las buenas nuevas de que se acercaba la Señora de la casa, para que, dispusiera todo en orden la criada encargada.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Presurosa se dispuso las cosas y la entrada para recibir a la Señora, mientras Urdemales luciendo uno de los mejores trajes del Señor Molina, muy sentado le aguardaba.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Cuando aquella, la gran Señora traspasó el umbral de la puerta de entrada, Urdemales supo que aquella era “su dama” y se adelantó majestuosamente a presentarse e indicarle con que impaciencia le esperaba desde que le conociera por foto y de su hermosura le complementara la dulce criada. La Señora, Paz llamada, no escatimó en agradecer tantas y bellas palabras por aquel, que un pariente del cual no escuchó nunca, le regalaba. Le invitó a recorrer y coquetamente de cada pintura su origen contaba. Regaba cada paso con su aroma, manteniendo en el aire a un Urdemales que ya no podía estar mas embriagado al acompañarle y toda su atención prestarle.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Así llegó el ocaso, así también a declaración de quien no podía esperar más por su amor ver declarado. Paz lo miraba sorprendida. Recién de conocerse venían y Urdemales le juraba el amor eterno que ni su marido jamás nunca podría darle. Aceptó encantada, encandilada y por 3 noches y sus días, Urdemales le amó como nunca pensar podría. Al quinto día se decidieron. De aquella casa partirían. Paz era dueña de toda la fortuna que la mansión en sí era y que con el Señor Molina tenían, pero estaba dispuesta a dejar ese nicho del cual nunca se supo ni sintió bien, por el amor que este hombre le profesaba. Se irían lejos, muy lejos a vivir solo de ellos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Por partir estaban, preparándose el carruaje con maletas y enseres, cuando llegó el famoso Señor Molina de su viaje. Paz le saludó sin ánimo y se limitó a evocar un para siempre adiós.</div><div style="text-align: justify;">Urdemales, sin mayor desasosiego, bajó del carruaje junto a su amada y se acercó a aquel de tanta reputación mal habida, diciéndole: “Venía por alguno de sus consejos, mi ahora estimado Señor Molina, más ha de saber que no siendo su familiar directo, he recibido la mejor hospitalidad que en vida podría haber recibido y también el mejor de los trofeos que deportista alguno en su vida soñar podría haberlo..y todo sin siquiera haber hablado una palabra con quien tanto quise conocer, al contemplar de afuera su gran casa.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Así, impávido y de una pieza quedó el Señor Molina quien, llegaba triunfante de haber logrado más hazañas que contar a su criada y que de distorsionar previamente se encargaba, pues sus viajes no eran de negocios propiamente, sino de aprovecharse de maridos ausentes y saborear manjares ajenos en mujeres desoladas a quienes de robar también acostumbraba.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En cambio Urdemales, vio una vez mas como su ingenio, aun sin mayor esfuerzo le daba sus dividendos, aunque ahora, con mucho mejor provecho.</div><br />
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::: Cristtoff WOLFtown © :::Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-79500938773920778672009-10-29T08:56:00.000-07:002010-06-10T16:23:46.755-07:00LA ESPERA<object style="height: 450px; width: 800px;"><param name="movie" value="http://static.issuu.com/webembed/viewers/style1/v1/IssuuViewer.swf?mode=embed&layout=http%3A%2F%2Fskin.issuu.com%2Fv%2Flight%2Flayout.xml&showFlipBtn=true&documentId=091028150808-e0969eed6eb746e6bfdffd3c56e9f507&docName=la_espera_mix_fdo-nat-cristt-damas&username=Cristtoff&loadingInfoText=La%20Espera&et=1256743329180&er=98"></param><param name="allowfullscreen" value="true"></param><param name="menu" value="false"></param><embed src="http://static.issuu.com/webembed/viewers/style1/v1/IssuuViewer.swf" type="application/x-shockwave-flash" style="width:420px;height:272px" flashvars="mode=embed&layout=http%3A%2F%2Fskin.issuu.com%2Fv%2Flight%2Flayout.xml&showFlipBtn=true&documentId=091028150808-e0969eed6eb746e6bfdffd3c56e9f507&docName=la_espera_mix_fdo-nat-cristt-damas&username=Cristtoff&loadingInfoText=La%20Espera&et=1256743329180&er=98" allowscriptaccess="never"></embed><param name="allowscriptaccess" value="never"></param></object><br />
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<b>LA ESPERA</b><br />
( cuento mix )<br />
Autores : Fernando Vecchiarelli, Nat Gaete, Cristtoff Wolftown<br />
Imágenes : DamasArt<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/_gslvCWHufD4/Sum6uXQA0YI/AAAAAAAAAWw/SmGR964Ndlo/s1600-h/Cuento+Mixto_DamasArt_Desafo2Pequea.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/_gslvCWHufD4/Sum6uXQA0YI/AAAAAAAAAWw/SmGR964Ndlo/s320/Cuento+Mixto_DamasArt_Desafo2Pequea.jpg" vr="true" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;">Ella estaba terminando, casi agotada los quehaceres domésticos que le consumían parte del día, todo su tiempo, su vida, las manecillas del reloj habían girado lo suficiente para descubrir que ya no era joven, según marcaba la aguja pequeña, pero que no era vieja aun como indicaba la mayor, estaba en la edad gris, en ese claroscuro de la pasión adormecida sin edad.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Se miró por tercera vez en el espejo de la sala, todo estaba en su lugar un poco más bajo que al principio de su creación, pero todo estaba firme todavía.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Seguía esperando una caricia nueva, especial, la del príncipe encantado, que la vendría a rescatar de este encierro de hastío y desolación.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Un golpe seco en el ventanal llamó su atención, otro, y luego otro...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Curiosa se fue acercando al ventanal, algo le decía a través del latir especial que su corazón empezó a marcar apenas escuchado ese tintinear del vidrio, que su vida iba a cambiar.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Como una autómata estiró los pliegues inexistentes de su falda y arregló su cabello, la coquetería de una mujer jamás muere, ni siquiera cuando ya sabe que el tiempo de fruto exhuberante ha pasado, femenina se es desde el primer respiro hasta el último hálito.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Ya frente al cristal, apartó la gasa blanca que lo abrigaba, llovía, el vapor del calor del hogar había empañado los vidrios y las gotas de lluvía se estrellaban formando una telaraña traslúcida que impedía la visión primera.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Los dedos de su mano izquierda comenzarona danzar sobre el vaho esfumándolo lentamente del cristal, divisaba entre el tejido del agua una figura, alzó el rostro siguiendo a los dedos que se dirigían hacia arriba desvistiendo al ventanal frío del vapor y de pronto, entre esas gotas de agua bendita sus ojos se estrellaron contra la mirada hechicera que se abría paso entre el cristal y reclamaba en los ojos de Antonia una bienvenida...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Aun perpleja, notó la bañaba un tibio y dulzón sudor entre su sien y sus pechos, sonrojándole su tez aun rígida, aun esperanzada a esta espera que ya resonaba a eterna pero que, de un instante a otro, había resurgido por entre los cristales y que la tenía deshaciéndose entre rubores y alegría incontenibles.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Era él, a quien los años habían alejado, a quien su cuerpo, pese al sentir diario del paso del tiempo, había esperado, a quien su mente guardaba y sus entrañas atesoraban perfecto recuerdo tal y como fuese ayer la última vez que se amaron y que, una mañana fría y lluviosa, como ésta, los había dejado al uno sin el otro, a una subyugada espera incondicional a la promesa de dos seres que, antes de despedirse, forjaron en su lecho, la más grande pasión que hoy, su destino se encargaba de retornar a su puerta..a la que sus pasos, en franco desdén la dirigían, sintiéndose volar, agradeciendo el hielo en sus manos al sostener la manilla que le quemaba la piel, haciendo ver que no estaba dormida, era real, estaba por abrir aquella puerta que permaneció por tantas lunas cerrada aguardando ser por dentro abierta, como Antonia, en estos momentos pretendía, aunque los segundos se sentían aun mas eternos...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Su mano temblaba, ya no de temor, sino por esa eterna pasión que recorría su piel desde el fondo mismo de su alma, rejuvenecida por la eterna esperanza tantas veces soñada, de abrazarse a él, al hombre que esperaba detrás de la puerta, último bastión que la separaba de su cautiverio, de la monotonía de una vida sin amor.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Antonia jaló con firmeza y decisión la manilla, con la misma firmeza y con la misma fuerza de voluntad que le pedía a gritos... Tómame amor, seré tuya esta vez para siempre, por toda la eternidad, has de mi una hoja en la tormenta de la lujuria sin medida, como si fuera tu esclava, has de mi lo que quieras, invéntame un pecado nuevo que recorra mi cuerpo penetrando en cada intersticio de mi humanidad, provocando pequeñas muertes para renacer en ti, quemando mis entrañas, consumiendo mi carne hasta convertirla en cenizas del paraíso perdido.</div><div style="text-align: justify;">Antonia Jaló de la manilla… Y el metal se deshizo en su mano fundiéndose al calor de su amor…</div><div style="text-align: justify;">En realidad la manilla se rompió por la excesiva fuerza del tirón, la puerta nunca se abrió, desesperada intentó patearla y solo consiguió lastimarse el dedo del pie.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En un grito de dolor trastabilló cayendo sobre una silla cercana, empujo la mesa de servir que arrojó la lámpara sobre el cortinado, su cuerpo se desparramó sobre la alfombra casi desvanecida, alcanzó a escuchar tras la puerta la voz de su amado alejándose.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">- Puta madre… ¿Se abrá enojado, que no me quiere abrir?</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No, no creo que se haya enojado, quizás esté un poco molesta. Asumo que no fue muy de caballero el haberla dejado por partir tras Susana, pero qué iba a hacer un hombre como yo, toda pasión, todo fuego, en esa noche de vaudeville cuando la diva Jiménez me lanzó en pleno show una pluma de su traje de vedette con una invitación a beber champaña en su camerín, terminada la función. Sí, ya sé que dejarla sentada allí en pleno teatro excusando un ir al baño y no regresar más hasta hoy, después de diez años, no es para tanto enojo y rencor. No, andá, ella sabía que es la única mujer que he amado, que es la única a quien daría mi vida. Antonia sabía que mi carne era débil, pero que siempre regresaría a ella, a su cuerpo tibio, a su boca de frambuesa, a su forma de cocinar y amar... No, cómo se iba a enojar por un desliz pequeño como ese...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No, y bueno si se enojó es porque jamás me quiso, es porque no me amaba tanto como para perdonarme este tiempito en silencio...No, sería una mal nacida, enojarse conmigo, que soy el hombre de su vida...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Y si se hubiera casado? No, imposible, imposible...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">- Antonia, amor abríme la puerta, que te amo, que he regresado a ti- Se sentían los gritos de Roberto tras la puerta, urgidos, necesitados de que Antonia le abriera sus brazos, le hubiera esperado y que estuviera allí para él como siempre dispuesta a amarlo sin condiciones, sin compromisos, sin papeles de por medio.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">- Antonia, mi amor, abríme, te lo suplico.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">...Semi-inconciente, Antonia escuchaba a lo lejos el murmullo de Roberto y algo parecido a unos gritos. Más aquella alfombra, que desde el suelo la había cogido con sus tentáculos e invitado en repentina y feroz forma a unírsele en su apego al suelo, la tenía postrada, inmovilizada y con su mano herida. Solo sus párpados obedecían a un lerdo movimiento, pero no podía articular palabra alguna. Su corazón, aun más roto que sus huesos, provocaba manantiales de dolor. Haber estado a centímetros de su amado, casi abriéndole su puerta luego de tan descabellada espera y este destino incierto se lo alejaba denuevo, como aquella noche en que debió regresar sola a casa, pensando que estaría con otra, que se lo había tragado la noche, quizás muerto, quizás perdido en sus miedos..¡todo por nada! –maldita sea, gritaba dentro de su ahogada y golpeada cabeza.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sintió que abría la puerta, 1 ó 2 pasos inseguros la traspasaban, pero al parecer el muy tarado solo miró al frente y se dio por vencido, pensando que ella ya no vivía ahí y que estaría invadiendo la morada de nuevos dueños…y cerró, cerraba la puerta y se marchaba. Ella a 3 pasos a la izquierda, tras la puerta, botada junto a su antiquísima lámpara, tan atesorada, botada por la bofetada de un Dios a quien ya no entendía..a quién desde hoy, rehuiría.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Ahora recordaba aun más, fuera de toda utópica y bella espera, que él siempre fue un tanto retrasado, incapaz de mirar más allá ¡Estúpido hombre! –se dijo más de alguna vez, y ello fue la antesala a la noche en que lo perdería, pues hablaron de la famosa Susana, esa perra que aquella tarde desplegaría sus plumas una vez más, meneándoles la cola a una galería de bobos mediocres que pagaban el precio que fuese, por admirarla con la boca abierta, dejando de lado a la compañía que llevases, ese día, fue su turno.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Duelen los huesos de un alma herida por punzantes huesos que se habían adherido a su cuerpo como esquirlas, pero su Roberto, ahora sí no volvería, ahora sí debería tragarse todo deseo guardado, todo bello recuerdo. ¡Si salgo de esta, me follaré inclusive al jardinero! –pensó, mientras la invadía el sueño.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Roberto se marchaba con una angustia que le oprimía el pecho, con un ardor en sus entrañas que quemaban su ser, producto de haber estado tan cerca de su amada Antonia…Eso, o los tomates al ajillo con chile que había ingerido al mediodía y que repetía en un eterno reflujo desde su estómago, hicieron detener su marcha. ¿Podía terminar así tan profundo amor? ¿Era este el final? ¿Debía tomar un antiácido? Muchos eran los interrogantes, y solo una respuesta golpeaba como olas de un embravecido mar destruyendo las costas mismas de su corazón.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¡Si! ¡Si! Definitivamente si…Tomaría un antiácido.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pero esa sola idea le reflotó del fondo de su alma atormentada la visión de los ojos de Antonia reflejados tras el cristal, y un nuevo interrogante perforó su cuerpo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Se habría apresurado en irse, de esa casa? ¿Tal vez Antonia estaba en otra habitación temerosa, escondida, pensando que ante la irrupción en su vivienda por alguien con bajas intenciones, dispuesto a abusar de ella y en un acto de locura sexual, arrancarle la ropa y saciar sus más bajos instintos animales y primarios, lo mejor era esconderse? …En verdad llovía torrencialmente y el agua calaba sus huesos, más la acides, y las ganas de sexo, lo impulsaron a volver sobre sus pasos, ya no lo detenía el miedo a irrumpir en una morada ajena, debía ir por Antonia por el calor reparador de sus brazos de su cuerpo de su sexo profundo y dulce…Pero sobre todo por un antiácido, que ella siempre llevaba consigo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Corrió como un adolescente bajo la lluvia sin importarle nada, corrió, trastabilló se golpeó el codo, en el húmedo pavimento.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y así mojado adolorido y con una acides de los mil demonios, pateó la puerta de la casa de Antonia al grito atormentado de:</div><div style="text-align: justify;">¡Mi amor! Regresé… </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Fue ese grito quien la sacó de la inconciencia, de ese tormento de imágenes del pasado que circulaban como carrusel por su cabeza mientras estaba tendida en el suelo, fue ese grito envuelto en la voz profunda que no había cambiado en esa década de ausencia, el que actuó como sal aromática que la trajo de golpe al presente.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Se despertó Antonia como si fuera la bella durmiente besada por el príncipe allá en el bosque. Pero sabía que ella no era la princesa ni Roberto el héroe de antaño, la vida los había hecho concerse ya maduros y ahora, malévola ella, los hacía reunirse cuando ambos habían traspasado la línea de los cincuentas, en ese tiempo en que los sueños rosas deben quedar en el pasado para que no cieguen la razón ni hagan perder la cabeza y menos, la decencia.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Allí estaba Roberto terminando de cantar sus palabras, mirándola toda, extendiéndole las manos, sonriéndole seductor. Allí estaba ella, conteniendo la respiración, preguntándose si estaría con el cabello ordenado, tratando de hacer menos tensa la situación, intentando salir de la ridícula pose en que se encontraba lo más seductora y digna posible.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Poco a poco Antonia se da vuelta, hasta quedar recostada sobre su costado y dibujando círculos sobre el parqué, sonríe, ronroneando le dice a Roberto: ¿ te acuerdas, amor, de esos días de campo en que nos tirábamos en la hierba?</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Amor, cómo no he de acordarme. Si hubiese soñado que esta perra suerte nos juntaría de tan alocada manera, luego de haber estado aquí mismo afuera destilando agua hasta por mis pestañas, me habría lanzado de cabeza por la ventana y lleno de esquirlas yacería a tu lado saciando estas locas ganas de ti que traigo acumuladas solo para Ti, guardadas. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Ven, levántate cariño. Necesito verte, de pie, toda. Necesito abrazarte, sentir tu calor, tu regazo. Verás me secunda una tormenta infernal que no me ha dado tregua día y noche, pero se ha encargado, tras algún que otro accidente natural, de hacerme llegar a tu morada y al fin, rompiendo pesares que he sobrellevado a cuestas, llegar a Ti, amor de mi vida.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¡Estás hermosa, Antonia! Y no, no es solo un halago, ni el frío que en mis huesos se ha anidado. No creas que buscaba encontrar la piel tersa de antaño que tan locamente me amó, ni mucho menos estuvieras de gala esperándome sonriente con la mesa puesta a la luz de las velas. He encontrado, justo a la mujer de la cual sigo enamorado, aquella que ha envejecido como yo pero que en sus ojos me ha sabido responder sin hablar, que lo nuestro verdaderamente no ha terminado, que merecía llegar tan lejos, que el tiempo, a pesar de la lejanía y de una maldita acidez que lleva varios días, sabría recompensar mis errores tras recapacitar una y mil veces.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¡Es una locura vernos en este estado a ambos, no crees! – murmuró Roberto – y soltaron una carcajada cómplice y duradera, y entre risa y risa abrazados, cayeron juntos sobre la alfombra, entre risa y risa, cuerpo a cuerpo se miraron, rieron y rápidamente desgarraron sus ropas que volaron hacia diferentes lados. La puerta aun entreabierta, azotaba su madera contra la pared producto del viento y el agua que se colaba cual testigo, cual vecino hambriento de verles retocer, admirando la vitalidad con la que se entremezclaban por toda la entrada, sin importarles mas nada, de pronto el frío se transformó en infierno y el duro suelo, en una cama de agua XL donde todo era cancha. Se olvidaron los años pasados, los recuerdos, malos ó buenos, se olvidaron de sí mismos, Ella de su mano herida, Él de su agria acidez, Ella convertida en la más puta entre las putas, Él, en el más indómito corcel, ambos ardiendo, besándose como en aquellos tiempos, Ella entregada disfrutándolo, devorándolo. Él, ya dentro de Ella mordiéndose los labios de placer – le repetía al oído - ¡Antonia, no tienes idea cómo te dejaré, mujer! …..</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y en verdad no tenía idea, la menor idea, de lo que a metros de ellos estaba ocurriendo. La tormenta que azotaba la zona estaba tomando una magnitud inusitada, el viento se arremolinaba y poseso se convertía en tifón, arrasando todo a su paso, los primeros techados de tejas volaban e impactaban en los vehículos estacionados en el vecindario, las sirenas de alerta trepidaban agudas ensordeciendo a humanos y bestias.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Antonia y Roberto giraban como en un carrusel poseído por el placer eterno de sus cuerpos y almas enamoradas, buscando los diferentes ensambles de sus histriónicos cuerpos, Antonia gruñía como tigre en celo y Roberto gritaba su placer, con el sonido gutural y primario de un cerdo degollado.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-Espérame mi amor ya estoy llegando, gritó Antonia con el rostro desencajado y sus cabellos alborotados.</div><div style="text-align: justify;">-Si...Si...Mi diosa, terminemos juntos, acabemos juntos, enajenado Roberto repetía.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La pequeña muerte una vez más se presentaba en el cuerpo y sexo unificado de los amantes, el éxtasis total y definitivo...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Antonia giró su cabeza hacia el extraño sonido que comenzaba a inquietarla, un golpe seco, y otro, que provenían de la puerta de entrada, hasta que vio aparecer el filo agudo y brillante del hacha que despedazaba las maderas del portal, un brazo uniformado con el escudo de los bomberos se introdujo en la manilla e intentaba abrir el cerrojo que trababa desde dentro la vivienda...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Atónita ante esa situación que la arrancaba del nirvana siente que su cabeza comienza a girar como los brazos de ese tifón que estaba asolando la ciudad, gira su cabeza, su cuerpo se desvanece y todo se va a negro…</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">- A la hoguera, a la hoguera con la bruja ramera - gritaba el gentío que, en las afueras del castillo, aprisonaba el cuerpo de la mujer en esa noche.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El frío de enero en Francia le horadaba los huesos a la mujer y el miedo a perecer en las llamas del fuego que los hombres hacían arder para exculpar su ignorancia, hacían temblar a Michelle y encomendarse a sus dioses. Lloraba y pedía clemencia, trataba de zafarse de las manos de sus captores, de us sjueces, hombres tan ignorantes que no podían apreciar sus artes, ese poder divino que le había sido dado para ayudar a sanar soledades y pieles curtidas por las guerras interminables sumadas a la peste y al miseria de la época. La ira del cielo asolaba a la tierra, y ella era el cordero expiatorio que esa noche sería ofrecido para quitar el castigo de dios en la aldea.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Crueles manos la comenzaron a arrastar hacia el centro de la plaza, bajo los gritos de esa jaur+ia hakmbirenta en donde se distinguían la voz agudas de las muejres decentes pidiendo la muerte para la ramera.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Despierta cariño, despierta –dulcemente intentaba Roberto, semidesnudo, reincorporarla tras su desmayo. Ambos apostados sobre el césped en la plazoleta central del pueblo, a unos metros de casa, la que resaltaba por entre las demás con cada llamarada aun más anaranjada y por los estridentes estallidos continuos que de ella emanaban, producto de baldes de pintura y acrílicos que Antonia utilizaba para crear en 2 de las habitaciones.</div><div style="text-align: justify;">Despierta, amor – seguía insistiendo, mientras le daba su calor protegidos con una manta que le había sido facilitada por una vecina que, asombrada de verle desnudo y con su virilidad a flor de piel, se la había quitado a su propia hija con el pretexto de verle mas de cerca, ya que se encontraba tiritando de frió y con la mujer en brazos buscando buen recaudo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El sueño ó mas bien pesadilla de Antonia, ciertamente la tenía como protagonista, pero tuvo su clímax en el momento justo en el que ambos llegaban explotando sus propios deseos, recogiéndose mutuamente. Fue la más extraña y candente coincidencia, pues el pueblo entero ardía en llamas tras la caída de un rayo sobre uno de los almacenes de combustible, lo que, podrán imaginar, desencadenó un fiero ardid de lenguas de fuego cayendo dispares sobre los tejados de cada casa aledaña, explotando barriles en el aire, aun con la tormenta que acechaba, aun con la lluvia, todo y por doquier, estaba en llamas, como en la cuna del mismo Averno.</div><div style="text-align: justify;">El cuerpo de bomberos sucumbía a los esfuerzos mancomunados de todo el mundo, por intentar salvar vidas y gentes por tantos años viviendo tranquila, por tantos años entre ellas conocidas.</div><div style="text-align: justify;">Fue por casualidad que llegaron justo a tiempo a casa de Antonia, frente a la histeria colectiva pero que tras ingresar a la fuerza para buscar entre escombros a una dueña de casa introvertida y muy encargada por varias familias, se encontraron la sorpresa más grande e inédita que jamás se esperaron ver.. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Los amantes desnudos descansaban de la agotadora comunión de cuerpos y almas, mientras que las solícitas vecinas los rodeaban; Una de ellas se atrevió a preguntar amparada por la sonrisa cómplice de las otras.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-Antonia ¿qué te ha sucedido mujer? ¿Cómo es posible que no te hayas dado cuenta del desastre?</div><div style="text-align: justify;">Antonia mareada por el humo y el sexo desenfrenado se abrazó a Roberto, sin mediar palabra, lo beso profundamente, como solo ella sabía.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Un grito de algarabía se elevó desde las gargantas de las mujeres que miraban con sana envidia la escena.</div><div style="text-align: justify;">Grito que puso en alerta al atento cuerpo de bomberos, que ante la confusión; apuntaron las mangueras de alta presión sobre Antonia y Roberto.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El grueso chorro de agua como una columna griega se estampó en la desnudes de esos seres que se amaban sin pudor.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Roberto fue a dar por el impacto a uno de los techos de las casas linderas, ingresando con fuerza por una ventana del dormitorio de una octogenaria, abuela de un carabinero retirado ya de la fuerza.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La pobre mujer que era sorda como una tapia, ni enterada estaba de lo que a su alrededor estaba ocurriendo, y dormía en su cama matrimonial plácidamente.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Enorme fue su sorpresa al ver que un hombre semidesnudo caía abruptamente en su lecho rompiendo la ventana y envuelto en un misterioso líquido, dejando una sensación de humedad en su anciano cuerpo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La pobre mujer ya despierta se aferró con fuerza a Roberto y gritó</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-¡Gracias Dios! ¡Escuchaste mis plegarias!</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Antonia por la misma fuerza del agua, había volado y aterrizado en los fuertes brazos de un bombero que para más datos era Nigeriano y Negro (si no me lo van a creer, pero conocí un Nigeriano Blanco)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El voluntario al verla así toda mojada y totalmente desnuda pensó...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">...¿Donde diablos dejé la tarjeta del cirujano plástico? Esta mujer sí que necesita unos cuántos retoques...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">…aunque –pensó para sus adentros- todo esto del incendio me ha tenido tan prendido, que con ó sin retoques me sirves de igual forma, mujer ! Dicho aquello, recibió una rauda pero aprobadora mirada de Antonia que ya extasiada al máximo ante un día taaaan especial, en un segundo saltó de emoción tan solo de imaginarse cabalgando a tamaño Negro. Total..si Dios le estaba regalando todo esto tan abruptamente, lo mínimo que podría hacer, sería acoger todo con máxima entrega!!</div><div style="text-align: justify;">Fue así como Negrito la tumbó sin pensarlo 2 veces, regalándole el mejor cachondeo que Antonia podría haber recibido.</div><div style="text-align: justify;">De Antonia mejor no hablar ni acordarse por ahora. Tras soportar los embates interminables de su hombrón, en adelante, solo quería servir hasta de esclava, olvidándose de Roberto y de toda vida pasada.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Que fue de Roberto? –se preguntarán. Pobre Roberto. Vejado por los años de una viejita voraz que al sentirse rechazada lo arañó de pies a cabeza, obligándolo a salir corriendo sin ropas por las calles encendidas del pueblo y buscando a hurtadillas por si lograba dar con su amada Antonia, pero sin suerte ni fortuna. Nadie en el pueblo le ayudó, sino fue todo para peor, pues los compañeros de aquel Nigeriano, le recomendaron se fuera de momento y lejos. Todo daba a entender que habría sido su llegada, la que provocó tan desafortunados sucesos para un tranquilo pueblo y corría desde ya, grave peligro de llegar a ser linchado.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Todos los bomberos reían por dentro. Al fin el Negrito había encontrado cobijo a tantas ganas sin saciar que venia manteniendo y de las que ni las putas querían llegar a ser testigos, pues del susto devolvían el dinero y se encerraban con pestillo, dejándolo siempre solo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pero hoy, hoy fue un gran día para el cuerpo de Bomberos. Hoy gracias a aquel incendio, se estrenaron mangueras y carros nuevos….y así también, se estrenó la suerte de un Negrito Nigeriano de corazón muy bueno, tantas veces rechazado pero que justamente hoy, también estrenaba su caudal de deseos sobre la única mujer del pueblo dispuesta a regalarle más de una mirada; dispuesta a mantenerle bienvenido, dispuesta…siempre dispuesta a saciarle todas sus negrillas ganas !!</div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_gslvCWHufD4/Sum6kAlE2GI/AAAAAAAAAWo/LGsfITq63F8/s1600-h/Cuento+Mixto__DamasArt_Desafopequea.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/_gslvCWHufD4/Sum6kAlE2GI/AAAAAAAAAWo/LGsfITq63F8/s320/Cuento+Mixto__DamasArt_Desafopequea.jpg" vr="true" /></a></div>Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-50625121312599627542009-09-01T12:53:00.001-07:002010-06-10T16:23:18.686-07:00La Apuesta<div style="text-align: center;"><strong><span style="font-size: large;">La Apuesta</span></strong></div><br />
<br />
<div style="text-align: justify;"><em>¿Bueno, en qué quedamos, querido Hermano? ¡Deja ya de jugar con ese cordón, que me distraes! Serás tú ó yo, pero los dos juntos no cabemos, OK…así que jugaremos a algo: Al primero que toquen, ese será el mayor y el otro, su condenado sirviente.</em><div style="text-align: justify;"><em>Ok ¡salíiii! –gritó desde fuera, aun ciego.</em></div><em><div style="text-align: justify;"><br />
</div></em><div style="text-align: justify;"><em>Y demórate en salir, querido Hermano parlanchín, desde ahora “mi esclavo”; ¡quiero disfrutar de algunas horas a solas con alguien que me está llenando de besos y ofreciendo comida y caricias por ser el primero!</em></div><br />
<br />
<br />
<br />
<br />
::: Cristtoff WOLFtown :::</div>Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-49647475631568232032009-08-31T20:48:00.000-07:002010-06-10T16:22:57.219-07:00Hoy ¡era a las 10!<div style="text-align: center;"><div style="text-align: center;"></div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-size: large;">Hoy ¡era a las 10!</span></b></div></div><br />
<br />
<div style="text-align: justify;"><i>El sábado pasado llegamos tarde; era a las 11, llegamos a las 11.30 hrs.</i></div><i><div style="text-align: justify;"><br />
</div></i><div style="text-align: justify;"><i>Así que hoy nos levantamos temprano. Tomamos la micro, luego el metro y finalmente la combinación del bus de acercamiento. Nos bajamos felices, mi Hijo y Yo.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>Caminamos alegres, conversando y jugando. Llegaríamos a la hora tras 50 min. de viaje.</i></div><i><div style="text-align: justify;"><br />
</div></i><div style="text-align: justify;"><i>Llegando a la puerta del Colegio, hubo quien nos miró algo extrañado y una voz murmuró – hey, ¿qué hacen a esta hora?</i></div><div style="text-align: justify;"><i>No hicimos caso y entramos, seguíamos riendo.</i></div><div style="text-align: justify;"><i>El profe cruzado de brazos. La clase había terminado; Hoy ¡era a las 10!</i></div><br />
<br />
<br />
<br />
::: Cristtoff WOLFtown :::Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-37372405351132365182009-08-05T13:03:00.000-07:002010-06-10T16:22:07.195-07:00Un día de caza<em><strong>Un día de caza</strong></em><br />
<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;"><em>Claus aguardaba feliz el retorno de su Viejo, quien hoy andaba de compras en el pueblo.<br />
<br />
¡Apenas llegase se irían de caza!<br />
<br />
Las hondas de ambos esperaban ya preparadas y dispuestas, cada una con su manojo de piedras cuidadosamente elegidas durante la mañana mientras, acompañado de su prima Ali, se habían encargado de sacar a pastar las vacas junto a los terneros tras la ordeña madrugadora junto a su Viejita.<br />
<br />
Había sido una mañana singular. Mientras arreaban el ganado por la pradera, tropezó más de la cuenta, pero en cada tropiezo, encontró mínimo 2 piedrecillas que, según las características, eran las idóneas para la honda, no sin empujones de Ali, a quien le parecían una verdadera estupidez, pues sabía el uso que les esperaba. El regreso, vacilante, metiendo los pies de charco en charco, se debió en gran parte a los bolsillos sobrepasados de aquellas preciadas piedras.<br />
<br />
Un ternero casi lo corneó, sino salta de un brinco sobre el canal para ponerse a salvo. La persecución, como cada día, pronto cambó de victima y el desatinado ternero emprendió su huida, todo ello acompañado de un reír y reír por todo lo que corrieron. Ali casi sufre un imprevisto de tanta carcajada y hubo de separarse un rato entre los matorrales.<br />
Aquel ternero, era su preferido, justamente por eso. Siempre lo amenazaba indómito, mientras su madre, una vaca regordeta, miraba con orgullo el crecer vigoroso de su retoño, su futuro hijo Toro y las energías que gastaba con aquel humano alegre. Ali, se limitaba a recoger flores algo secas para adornar algún florero.<br />
<br />
Ya eran cerca de las 12 del día...aun no regresaba. De seguro la compra fue más grande de lo acostumbrada.<br />
<br />
Recordaba al última noche pescando solos con su Viejo y en medio del silencio, de un suave viento que los acompañaba; se lo había prometido. Tras su segunda pesca de 2 sabrosas truchas y en un mismo día, mañana irían a cazar ambos tórtolas y codornices. Era feliz, aunque casi se había dormido en 3 oportunidades, porque el regreso a casa fue triunfal, y los esperaban con el fuego listo para asarlas. Aunque no eran de su gusto, sabrosas sabían para todos, y ante ello ése era el mejor y mas valioso premio. Era todo un héroe y se dormiría en una nube de éxito, luego que su Viejita les contara alguna que otra leyenda campestre, y más de algún primo no quisiera irse a dormir por temor a pesadillas, en medio de las carcajadas de todos.<br />
<br />
Jugando de aquí para allá, de allá para acá, sintieron el rechinar del bus, su parada en el polvoriento camino y salieron todos corriendo a recibir al Viejo.<br />
<br />
¡Que alegría! Dulces para cada uno y lo mas importante del día...se acercaba la hora para salir de caza juntos.<br />
<br />
Vamos Claus, déjalo descansar un ratito mientras guardamos las cosas –le decían al unísono.<br />
<br />
Pero el Viejo y sabio abuelo, lo levantó en ancas, miró a los demás asintiendo y de paso dejando abierta la puerta a que los acompañaran. Salieron todos. Claus al frente, aperado de las municiones y su honda en el bolsillo trasero.<br />
Ali intentando ir a su lado, después de todo, era su primo mayor. Los demás, tras el Abuelo, firmes, casi marchando. Algunos provistos de ramas, otros solo jugueteando.<br />
<br />
<br />
<br />
¡Ahí, ahí quedó la primera trampa, Tata! Así es, hijo –respondía el querido Viejo. Vamos despacio, que algunas no entran del todo e inteligentes se comen la carnada a un lado.<br />
<br />
El resto, todos en silencio. Casi escondiéndose, pisando levemente el pasto, evitando correr y mirando al frente cómo Claus y el Abuelo sigilosos llegaban a la trampa y ¡zooom! Se sentía uno y otro hondazo.<br />
<br />
¡Sí, tenemos una! –les ganó en el grito Ali. Claus sacaba aquella hermosa y grisácea tórtola que intentada aletear entre los palitos débiles de su mortal trampa.<br />
<br />
¡Chicos, son 2! Alcancé otra con la honda –les decía a una platea de estupefactos nietos que ya corrían triunfantes a su lado, admirando ambas aves cazadas.<br />
<br />
¡Qué día! Y eso que recién estamos empezando –comentaba orgulloso Claus.<br />
<br />
Continuaron y demás está decir que ocuparon toda aquella tarde en compañía de un Viejo Abuelo que con cariño les compartía una aventura simple pero de magnificencia para todos ellos.</em></div><br />
<br />
<br />
::: Cristtoff WOLFtown :::Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-29565667872776348312009-07-30T09:09:00.000-07:002009-08-31T09:39:56.587-07:00Leyenda de un salvaje<em><strong>Leyenda de un salvaje</strong></em><br /><br /><br /><em>Entre oscuros e indómitos bosques, reza la leyenda<br />habita un alma salvaje, mitad hombre y mitad fiera.<br /><br /><br />Se regocija en sus dominios, ríe; no es cualquiera<br />adiós a los cuentos, crucifijos, estacas y luna llena.<br /><br /><br />Hablamos de una fiera peculiar y contemporánea, seria<br />culta por lo demás, astuta, sobria y de mente enferma.<br /><br /><br />De su fiereza ni hablar; Perros y Osos han sido su presa<br />demostración de ira, venganza, hambre y sangrienta fuerza.<br /><br /><br />Cuentan a lo lejos, que en los faldeos de todo cerro<br />la gente en sacrificio, deja una virgen, vino y cordero.<br /><br /><br />Aldeanos humildes, que han sabido de su furia y hambre<br />protegen sus casas una vez al mes evitando se espante.<br /><br /><br />Ni Reyes, ni Héroes ó Villanos posibles que le acechen<br />habrán de encontrar para derrotarlo y al fin los libere.<br /><br /><br />Se cuenta, que toda Hija en sacrificio, entregada Virgen<br />no ha muerto, sino que de amante satisfecha ha de servirle.<br /><br /><br />Entre oscuras noches y la espesura de un gran bosque verde<br />habita un Ente al cual todo Pueblo teme; no así sus mujeres.</em><br /><br /><br /><br /><br /><br />::: Cristtoff WOLFtown :::Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-78326039440486995792009-07-10T07:48:00.000-07:002010-06-10T16:21:13.427-07:00Guerra de los Sexos ó Guerra de los Géneros<strong><em>Guerra de los Sexos ó Guerra de los Géneros</em></strong><br />
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;"><em>Años que llevan hablando, publicando, comentando de lo mismo.<br />
Han salido muchas cosas buenas de ello. Ha servido, eso creo.<br />
<br />
Pero la insignificante pregunta un tanto a destiempo, pequeña es<br />
¿Es ésta una "Guerra entre Sexos" ó tan solo "Diferencia entre Géneros"?<br />
<br />
Porque, según mi teoría, nunca ha existido, existe ni existirá<br />
aquella frívola y basureada por cada rincón "Guerra de los Sexos".<br />
<br />
<br />
¿Por qué? -me preguntará mi otro yo, que será quizás mi único lector.<br />
Pues por el simple hecho de que no hay mejor relación que aquella<br />
existente entre los sexos; estén sus dueños enojados, alegres<br />
desganados, afiebrados, calientes ó sobrenaturalmente ganosos.<br />
No me vengan con "Guerra de los Sexos", si ellos solo gozan y disfrutan<br />
y yo, un humilde servidor solo doy fe de eso y los aplaudo por siempre.<br />
<br />
<br />
El desgaste corre a cuenta de los Géneros, que en caótica competencia<br />
Ellas por ser como los Hombres, en igualdades y hasta en relaciones<br />
-bendito lesbianismo que dulces cuerpos unes y que pierdes de uno.<br />
Los otros, bajando defensas, procurando llorar si lo sienten<br />
algunos dejándose arrastrar ó bien, intentando sentir lo mismo que Ellas.<br />
-homosexualismo avanzado, vigente por siempre, hoy lleno de closets abiertos.<br />
<br />
En fin. La competencia siempre ha sido sana y nos lleva a mejorar.<br />
<br />
La guerra sin treguas, se viene dando y seguirá aplastando a seres<br />
por el solo hecho de ser "Géneros Opuestos", mientras los Sexos..<br />
ellos seguirán festinando neutros a los caídos y al paso del tiempo.</em></div><br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
::: Cristtoff WOLFtown :::Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-51188878265188425422009-07-10T06:26:00.000-07:002010-06-10T16:19:19.769-07:00Cena de C-a-m-a-r-a-d-e-r-í-a<strong><em>Cena de C-a-m-a-r-a-d-e-r-í-a</em></strong><br />
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">Luego de una brava afeitada, que casi se convierte en fiera lucha</div><div style="text-align: justify;">entre mi máquina de afeitar y yo. Veamos qué más falta por hacer.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La idea era, según recuerdo, ni tal formal ni tan casual -cosas, no</div><div style="text-align: justify;">a cada instante fustigándote, obligando a reinventarse hasta en lo cotidiano.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Se trata de una simple cena. Simple..bueno, llegará tan solo el presidente</div><div style="text-align: justify;">de la compañía y todo debe estar en orden, incluyendo los comensales.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Nos pidieron llegar sin lanzas ó ánimos desentonadores a una cena de camaradería.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Desde ya, cambio el switch. ¡Me siento feliz como nadie! ¡Guau, qué felicidad!</div><div style="text-align: justify;">Que torpe no haberlo pensado antes, si debe hacer bien pensarlo de vez en cuando.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No habrá bonos, aumento de sueldo ni mejoras pequeñas. C-a-m-a-r-a-d-e-r-i-a.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Dios ha descendido de los cielos y hemos de portarnos a la altura..ó algo así.</div><div style="text-align: justify;">Caritas felices. Nos sentaremos y hablaremos de la nada, pero sobretodo escucharemos.</div><div style="text-align: justify;">¡Vaya si crecimos y qué tiempos de buenos augurios nos deparan!</div><div style="text-align: justify;">La empresa se expande y cualquiera de nosotros podría llegar a salir del país.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Como nunca llego a la hora..y qué dice Murphy, pues nadie más lo hará. Estoy solo.</div><div style="text-align: justify;">Entro, consulto por la ubicación de la mesa y derecho al baño. Vaya noche helada</div><div style="text-align: justify;">y no pretendo andar entrecruzando las piernas desgastando mi esfínter.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Bien. Me siento. ¿Zona fumadores? -pregunto. No, señor. Ok, gracias -más encima.</div><div style="text-align: justify;">Tráigame una..mm..una cola, sin hielo. Comenzaré la velada esperando.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">5, 10, 15 minutos..me paro, me arreglo. 20, 25..llegaron. Podría haber comido -pienso.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¡Buenas noches! Qué gusto. Sí, todo bien. Acababa de llegar.</div><div style="text-align: justify;">Ah, se toparon todos en la entrada..ja-ja. Sí, sentémonos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La charla previa a la luz y el sabor de unos Sour. Todos muy atentos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Mmm..la carne fabuloooosa, el vino..bueno, no fue de cepa Carmenere, pero no está malo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¡Sii..estamos muy bien! -llueven las opiniones positivas. ¡Qué derroche de energías!</div><div style="text-align: justify;">Si los tuviera a mi lado todos los días así, que genialidad de ambiente que habría.</div><div style="text-align: justify;">La empresa se expande..bla-bla-bla -atiné a todo. Podría ser así con el clima.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">3 horas de C-a-m-a-r-a-d-e-r-i-a sin trasfondos ni contundencias. Feliz. Salud.</div><div style="text-align: justify;">Todos con caritas de smile pintadas en el rostro. Dan alergia. ¡Qué cinismo, por Dios!</div><div style="text-align: justify;">La despedida, con toquecitos bellos, cariñosos, afecto en el aire. Si hasta la veterana</div><div style="text-align: justify;">encargada de las platas irradia luz -aun así es mejor verla a la sombra, claro está.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Veré si lo satisfecho me dura hasta mañana, tras dormir con la panza llena.</div><div style="text-align: justify;">Mañana, la empresa seguirá donde mismo. Tal vez se expanda, como sabemos desde hace</div><div style="text-align: justify;">3 años ó bien haya mejoras pasivas..como las de hace 3 ó 4 años. Optimismo, hermanos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Mañana..no habrá afeitada y no pienso llegar temprano.</div><br />
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::: Cristtoff WOLFtown :::Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-903462064069394733.post-17530167407820104122009-06-27T17:11:00.000-07:002010-06-10T16:18:53.964-07:00Reencuentros pasajeros<div class="Sinespaciado" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial Black"; font-size: 10pt;">Reencuentros pasajeros</span><span style="font-family: Arial; font-size: 10pt;"><br />
<br />
<br />
<span style="font-style: italic;">Volví a mi Bar.</span><br />
<span style="font-style: italic;">Me he encontrado leyendo un pequeño libro que me recomendaron y del cual me quedaba solo el final y que debía terminar.</span><br />
<span style="font-style: italic;">Faltaban pocas páginas y lo quería disfrutar a solas, tomando un par de cervezas, fumando y sabiéndome cómodo.</span><br />
<br />
<span style="font-style: italic;">Llegue. Todo apacible en un comienzo, al igual que siempre. Entro directo, veo alguna cara conocida. Saludos superfluos.</span><br />
<br />
<span style="font-style: italic;">Vaya. Me sentí cambiado. Esta vez quizás no pediría la tercera copa. Hacía tiempo no volvía.</span><br />
<span style="font-style: italic;">Lo extrañaba, pero al contrario de antaño, no me había animado a volver así, solo..como tanto acostumbraba estar, gozando del ambiente de camaradería que se respira, a punta de humo y risas desbocadas tras 30 minutos dentro. A punta de caras desconocidas y mujeres que, al igual que muchos, llegaban a relajarse, solas ó acompañadas. A disfrutar fuera de la oficina, a dedicarle un pasaje al olvido a este pasado día.</span><br />
<br />
<span style="font-style: italic;">Primer sorbo; ¡guau, tal cual me encanta! Una buena cerveza en vaso, helada y junto a ella, el resto de la botella esperando a ser vaciada.</span><br />
<br />
<span style="font-style: italic;">Leo, lo intento. Aun distraído por la llegada, aprovecho de pasar algunas fotos desde la palm al celular. Bendita tecnología bluetooth.</span><br />
<br />
<span style="font-style: italic;">Continúo leyendo.</span><br />
<span style="font-style: italic;">Me desconcentra la garzona, creo haberla visto antes. Pasa cerca, para, me mira y sí, es Ella. Todo un encanto de mujer. Un beso y una sonrisa que me vuelven a dejar loco. ¡Ay dios,mujer! Es chéverísimo saberte aquí y tener el agrado de ser atendido así. Sí, querré lo mismo dentro de un rato. Nos vemos.</span></span></div><div style="font-style: italic; text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><span style="font-family: Arial; font-size: 10pt;"><div class="Sinespaciado" style="font-style: italic; text-align: justify;"><br />
Leo. Es lo que necesitaba. “Mi espacio” para absorberme y dejarme llevar por este sorpresivo final que, dicho sea de paso, no sospeché jamás. Tanta intriga condensada en un libro que podría dar para 2 tomos de biblioteca y sin embargo lo lograron en 1 tomo pequeño, pero muy bien hecho. Gracias Graham, creo que te seguiré leyendo; bueno no prometo sea pronto.</div><div style="text-align: justify;"></div><span style="font-family: Arial; font-size: 10pt;"><div class="Sinespaciado" style="font-style: italic; text-align: justify;"><br />
Cariño, me traes otra por favor y la cuenta.<br />
<br />
Necesito aire, música y salir a caminar. Disfrutaré el buen rato pasado camino a casa.<br />
Así, simple. Extasiado. Lo hice. Volví a mi Bar, leí aquel final y quedé satisfecho de mí mismo, tras unas cervezas y cigarrillos, inmerso en aquella nube de humo y risotadas ajenas. Entre una garzona toda regia, miradas sin sentido y charlas ebrias; Todo un mundo para un ameno rato.<br />
<br />
Tesoro, te pagas por favor. Hubiese querido dejarte el 20%, pero será el 10%, vale ?!<br />
Un beso, una sonrisa y me deja como siempre..loco.<br />
<br />
Nos vemos, aunque no prometo sea pronto.</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="Sinespaciado" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial; font-size: 10pt;"><span style="font-style: italic;">Adiós.</span></span></div><br />
<div class="Sinespaciado"><span style="font-family: Arial; font-size: 10pt;"></span></div><br />
<br />
<br />
<br />
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<div class="Sinespaciado"><span style="font-family: Arial; font-size: 10pt;">::: Cristtoff WOLFtown :::</span></div></span></span>Cristtoff Wolftown ©http://www.blogger.com/profile/11884208547573775707noreply@blogger.com0